viernes, 2 de agosto de 2019

La chica del bidón de 70 kg



   ¿Cuál puede ser la esperanza de vida o, por lo menos, la esperanza de vida de una columna vertebral cuando tienes que cargar de cuando en cuando con 70 kg a la espalda durante varios kilómetros? Imagino que muy poca, porque conozco gente que incluso siendo muy corpulenta y musculosa tiene la espalda machacada, con varias hernias. Aquí, por lo menos, pegamos una patada y salen cuatro fisioterapeutas, que nos pueden ir parcheando, nos enseñan ejercicios de rehabilitación y fortalecimiento, y en caso extremo, siempre está el empastillamiento de serie de la S.S. para ir paliando.

Información sobre el contenido del bidón que no voy a repetir aquí, porque está suficientemente claro

   A esta chica de la foto nos la encontramos en la subida a Nyak Phedi, a 1.600 metros de altura, ya en el espacio de ámbito tibetano del circuito del Manaslu. En los años 50, cuando el ejército chino invadió el Tíbet, muchos tibetanos huyeron a través de la frontera india o nepalí. Los últimos cien kilómetros de la cabecera del valle de Budhi Gandaki y el tributario valle de Tsum estaban despoblados hasta entonces, con solo algunos gompas (monasterios), de incluso 500 años de antigüedad, pero sin ninguna aldea permanente. Los exiliados se instalaron, reprodujeron su arquitectura y modos de vida y se puede decir que estos dos valles son ahora incluso más tibetanos que el propio Tíbet, donde el gobierno chino hace lo que puede por diluir la cultura local. Para mí, que intenté ir en tres ocasiones al Tíbet en los años 90 (solo se podía ir en grupo las dos primeras y no hubo gente bastante, y la tercera se cerró la frontera por disturbios internos) verme entre esta gente fue el sueño de media vida. Había estado en Ladakh y Sikkim, pero aunque muy similar a la cultura tibetana, no era exactamente lo mismo. Aquí lo único que difería era el paisaje, mucho más verde y arbolado que la meseta tibetana, que está siempre por encima de los 3.500 metros de altitud.

 Foto de María del Roxo

Un poco de aseo. Vistiendo el bonito traje típico tibetano


¿En qué estará pensando? ¿Tendrán sus preocupaciones remotamente algo que ver con las estupideces que aquí consideramos problemas de primer orden?
(Foto de María del Roxo)

   No sé cuántos kilómetros cargó esta muchacha con el bidón, pero unos cuantos y por terreno nada fácil en algunos puntos (lo que aquí advertiríamos como punto de paso muy peligroso). Tardamos en alcanzarla, a pesar de la diferencia de pesos de unos y la otra. La imaginaba mayor, pero seguro que tenía poco más de veinte años. Paró en el mismo sitio que nosotros, con toda la discrección y modestia del mundo, como si subir una cuesta de cien metros de desnivel del tirón con 70 kg fuera una nadería. Nuestro guía, Deepak, le preguntó el peso, y viéndolo al moverse, el bulto tenía toda la pinta de pesar exactamente eso.

 Por lugares así pasó la chica con su bidón a la espalda y en chanclas

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